Pongamos...

Pongamos que te veo.
Que me mires como solías hacerlo.
Que no haya nadie en mi casa.

Pongamos que te beso.
Que haga demasiado calor.
Que una cosa lleve a la otra.

Pongamos que la ropa haga un camino de la puerta a mi habitación.
Que la luz no haga falta.
Que no me haya servido de nada hacer la cama.

Pongamos que aún me acuerdo de esa esquina de tu cuello.
Que no te enteres.
Que te marque por toda la espalda.

Y pongamos que estás ya a punto.
Que los vecinos están llamando a la puerta.
Que la música hace rato que se acabó.

Y paro.
Y te digo que te vayas, que ya no es como al empezar la tarde.
Y que me importe una mierda como te qudes.

¿Pasaría algo?



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